Al recibir cestas de Navidad, ya sea de clientes o de la empresa, pocas cosas hacen tanta ilusión como que la cesta contenga un auténtico jamón de bellota. El jamón bellota es uno de los productos más apreciados de la gastronomía nacional española y, por ello, muy pocas son las personas que no saben apreciar la calidad y el sabor de un producto que es seña de identidad en nuestro país.
Tipos de jamones curados hay muchos, y ninguno es desdeñable, pero un auténtico jamón bellota se distingue de los demás, por muchas cosas, ya desde la alimentación de los cerdos, hasta los procesos de cura, que dan como resultado un sabor y un olor característicos y que no se encuentran en todos los jamones.
Los jamones de bellota proceden de animales que han sido criados y alimentados siguiendo un proceso único. El jamón de bellota es producto de la alimentación exclusiva del cerdo a base de bellotas, un fruto seco que produce en árbol de la encina y que se da en climas fríos y templados, en algunas zonas de la Península Ibérica. La bellota solo se encuentra en los meses de invierno, aunque debido a que es un fruto seco, se pueden almacenar y consumir durante todo el año.
El jamón de bellota además, es un tipo de jamón con unas características visuales fáciles de reconocer, ya que se trata de un jamón de pata larga y estilizada, y de caña fina. Este hecho, es indicativo de que el cerdo no procede de granjas en las que los animales no se mueven. El cerdo ibérico ha sido criado en libertad, en zonas de monte o dehesa, y está acostumbrado a buscar el alimento en el suelo donde hay encina, por ello, se trata de un animal que se ha movido, y su jamón es más fibroso y rico.
La grasa del jamón de bellota es muy suave, como ya hemos indicado, estos cerdos crecen en libertad, por lo tanto, acumulan menor cantidad de grasa. La grasa del jamón de bellota, o tocino, es más suave que la de otros tipos de jamón, y son muchos los estudios que demuestran que esta grasa tiene numerosos beneficios para el organismo.
El proceso de curación de los jamones de bellota se realiza de forma artesanal, cuidando los detalles, y con especial atención a los primeros meses de cura para garantizar un resultado exquisito. Una vez que se lava, se sala, y después tiene un proceso de cura que en ningún caso es inferior a los 2 años, y que el jamones de bellota de alta calidad puede llegar a los 4 años.
Una cesta de Navidad es el detalle que todos quieren recibir cuando termina el año, clientes, trabajadores o proveedores merecen un reconocimiento al trabajo bien hecho a lo largo del año, por ello, una cesta de Navidad es la mejor recompensa. Pero para dar las gracias de una forma original e inolvidable, en la cesta de Navidad no puede faltar el jamón de bellota.