Hace unos años el gin tonic no era una bebida muy popular. Sólo las personas mayores de elevados estamentos sociales consumían esta bebida amarga y fuerte y la mayoría de los bares contaban con pocas marcas de ginebra y pocas variedades de tónica. Ahora la ginebra también es un elemento muy presente en las cestas de navidad.
Sin embargo, las ginebras premium llegaron para cambiar este concepto. La marca Bombay Shapire fue la primera abanderada de este cambio, al cual le siguieron múltiples detalles como las copas de balón o las bayas de enebro, elementos pensados para dotar de sofisticación a esta bebida clásica, haciendo que bares y pubs incorporaran cartas específicas de gin-tonics en su oferta de copas habituales. Aprender a preparar un buen gin-tonic no es difícil y es algo muy útil si en tus regalos de navidad recibes algunas cestas con ginebra.
La moda del gin-tonic ha sido una revolución en la hostelería, pero un buen gin tonic no necesita grandes artificios. Los elementos más básicos que lo componen son el hielo, la ginebra, la tónica, alguna fruta cítrica y una copa adecuada. No es necesario innovar demasiado ni rizar el rizo incorporando todo tipo de frutas al gin-tonic, simplemente se trata de mantener en equilibrio unos cuantos elementos.
Lo primero que hay que hacer es elegir un buen vaso. El vaso de tubo está totalmente contraindicado ya que tiene poca capacidad, no entra bien el hielo, con la mano se calienta la bebida y por culpa de su boca estrecha no se pueden disfrutar bien todos los aromas. Lo ideal es utilizar una copa de balón o como mínimo un vaso ancho, como el usado para la sidra. Son recipientes con más capacidad (aproximadamente el doble que un vaso de tubo) donde cabe todo el hielo, la ginebra y la tónica. Tienen la boca ancha y permiten disfrutar mejor de los aromas y al tener pie, se puede sostener la bebida sin calentarla con la mano.
El segundo paso es elegir un buen hielo, a ser posible grande y duro. Cuanto más tarde en derretirse mejor, ya que de lo contrario la copa acabaría aguada muy pronto. El hielo industrial, fabricado a muy baja temperatura y con agua osmotizada, es el que más tarda en fundirse. El hielo producido en casa tiene varios problemas: se derrite más rápido y puede absorber aromas de otros alimentos. Tampoco hay que servir demasiados cubitos de hielo en una copa, con 3 o 4 piezas es suficiente.
La elección de una ginebra adecuada es una parte fundamental del proceso. La ginebra es un alcohol neutro aromatizado con enebro y otros aromas añadidos. Estos aromas son los que distinguen a una ginebra de otra. Las ginebras secas son las más utilizadas en los gin-tonics. Por tanto, la elección final es más una cuestión de gustos. Las cajas de navidad y las cestas originales cuentan con buenas marcas de ginebra premium.
La ginebra de un gin-tonic perfecto debe servirse en una proporción de entre un chupito y un chupito y medio por cada botellín de 20cl de tónica. Esto permite una cantidad de alchol bastante baja (unos 8 grados por copa), inferior a un vino blanco y similar a una cerveza doble malta.
En cuanto a las tónicas lo ideal es utilizar aquellas que no estén demasiado aromatizadas, ya que estas tapan el sabor original del gin-tonic. Aquellas tónicas con un sabor más neutro acentúan los matices amargos y cítricos de la fórmula auténtica.
Algunos lotes de navidad cuentan con la tradicional botella de ginebra. Añadiendo un poco de tónica y estos consejos, cualquiera puede servir un gin-tonic a la altura de los que sirven los mejores bares de copas.